“El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.” (Proverbios 17:9)
Vivimos en una sociedad que tiene serios problemas para considerar la dignidad que tienen todas las personas, y que se visualiza en el deterioro del respeto hacia el prójimo. Esto se evidencia, a través del mal trato que damos a los demás, por medio de insultos y ofensas que hieren, dañando las relaciones de un momento a otro.
Las ofensas, afectan gravemente las relaciones interpersonales e imposibilitan el normal desarrollo de estas. Sin embargo, la Palabra de Dios tiene un buen antídoto para aquellos que ofenden como también, para las personas que se sienten ofendidas. Estos antídotos son el perdón y el amor.
Cuando contemplamos a Dios, podemos ver constantemente en Él, Su amor incondicional que excede a todo conocimiento y al mismo tiempo, podemos visualizar su capacidad para perdonar nuestras ofensas día a día. De tal manera que por medio del ejemplo que Él nos entrega, podemos fortalecer nuestros lazos hacia los demás.
Que Dios nos ayude a considerar el amor y el perdón en nuestras relaciones interpersonales, especialmente cuando nos sentimos ofendidos, y al mismo tiempo, si hemos producido la ofensa, que Dios nos ayude a pedir perdón y reconciliarnos con nuestro prójimo.
ORACIÓN: Dios, gracias te damos por Tu amor incondicional, y gracias por perdonar todas nuestras ofensas. Ayúdanos a buscar siempre la reconciliación con todas las personas, perdonando a los que nos ofenden y pidiendo perdón cuando hemos ofendido a alguien. Pedimos esto, en el nombre de Jesús. Amén.
Lunes 23 de noviembre, 2020.